Nací el 8 de junio de 1974 en la bella Santa Lucía del Tuy.
Soy el director general y artístico de TEATRILIUM TEATRO DE LA UTOPÍA, que se encarga de realizar trabajos y talleres con títeres, teatro, artes plásticas y poesía, a nivel nacional e internacional, participando en diferentes eventos del país con organizaciones como Cáritas de Venezuela o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) en la frontera y en Brasil.
Soy el director general y artístico de TEATRILIUM TEATRO DE LA UTOPÍA, que se encarga de realizar trabajos y talleres con títeres, teatro, artes plásticas y poesía, a nivel nacional e internacional, participando en diferentes eventos del país con organizaciones como Cáritas de Venezuela o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) en la frontera y en Brasil.
Soy, además, el Director de la Fundación Radio Comunitaria Luciteña 95.7 FM, desde agosto de 2008 y he producido programas, tips y micros radiales de cultura, política, prevención, entre otros.
Tengo muchos cuentos y novelas inéditas, entre las que se cuentan “La Gran Babilonia”, “Andrés de la Cruz y los Perros”, “Poemas frustrados del Duende”. Y he participado en muchos eventos de poesía en toda la región.
Aquí les dejo uno de mis poemas más representativos, pertenecientes al poemario: POEMAS FRUSTRADOS DEL DUENDE.
LA NOCHE DE LOS ÑARCAGUES*
28 de Febrero de 1999.
Quizás algún día
lluevan gotas de miel,
y caigan de la tierra hacia el cielo.
Quizás algún día
de los tubos de ensayo
se cosechen mundos y sueños.
Quizás algún día
yo aprenda
a escribir de verdad.
Soy un asesino de conceptos,
de métricas y acentos frustrados.
Asesino de tildes profanas
y de escudos y acentos de idiomas.
Asesino de sinalefas
y de redacciones mal compuestas.
Asesino de leyes que limitan a los poetas.
Soy un asesino de versos,
de sintaxis enfermas y estereotipadas.
Con mi pluma y mi tintero despierto,
eyacularé versos sueltos
sobre el papel virginal.
Mientras los ñarcagues me observan furtivos
en las noches de mi soledad.
Soy poeta de la vida
y la vida es autenticidad.
Yo le escribo al Machu-Pichu
como le puedo escribir al turpial.
Me importa tanto un papel llevado por el viento
Como una tormenta en alta mar.
Me importa tanto el tigre de Bengala
Como el buey almizclero,
Como los ñarcagues y los liones de mi tierra
y la vida en un hormiguero.
Soy más de ayer que de hoy…
Quizás mañana diré lo mismo.
Entonces…
Siempre perteneceré al hoy que será mi pasado mañana.
Asesinaré más sinalefas y versos endecasílabos;
violaré a las métricas y ya no creeré en los conceptos.
Quizás mañana me enjuicien en un tribunal de cuartillas
y me encierren en un cuarto idiomático
de palabras muertas y detrás de barrotes de gramática.
Luego…,
cuando me convierta en un verdadero
delincuente de las letras,
en una víctima de la justicia gramatical,
entonces moriré electrificado en la silla de la indiferencia;
y mi sepelio, serán las hojas quemadas al viento…
Yo igual…,
Seguiré escribiendo versos sueltos
bajo la mirada tierna de los ñarcagues.
*Ñarcague: Especie de lagarto en el argot venezolano.
28 de Febrero de 1999.
Quizás algún día
lluevan gotas de miel,
y caigan de la tierra hacia el cielo.
Quizás algún día
de los tubos de ensayo
se cosechen mundos y sueños.
Quizás algún día
yo aprenda
a escribir de verdad.
Soy un asesino de conceptos,
de métricas y acentos frustrados.
Asesino de tildes profanas
y de escudos y acentos de idiomas.
Asesino de sinalefas
y de redacciones mal compuestas.
Asesino de leyes que limitan a los poetas.
Soy un asesino de versos,
de sintaxis enfermas y estereotipadas.
Con mi pluma y mi tintero despierto,
eyacularé versos sueltos
sobre el papel virginal.
Mientras los ñarcagues me observan furtivos
en las noches de mi soledad.
Soy poeta de la vida
y la vida es autenticidad.
Yo le escribo al Machu-Pichu
como le puedo escribir al turpial.
Me importa tanto un papel llevado por el viento
Como una tormenta en alta mar.
Me importa tanto el tigre de Bengala
Como el buey almizclero,
Como los ñarcagues y los liones de mi tierra
y la vida en un hormiguero.
Soy más de ayer que de hoy…
Quizás mañana diré lo mismo.
Entonces…
Siempre perteneceré al hoy que será mi pasado mañana.
Asesinaré más sinalefas y versos endecasílabos;
violaré a las métricas y ya no creeré en los conceptos.
Quizás mañana me enjuicien en un tribunal de cuartillas
y me encierren en un cuarto idiomático
de palabras muertas y detrás de barrotes de gramática.
Luego…,
cuando me convierta en un verdadero
delincuente de las letras,
en una víctima de la justicia gramatical,
entonces moriré electrificado en la silla de la indiferencia;
y mi sepelio, serán las hojas quemadas al viento…
Yo igual…,
Seguiré escribiendo versos sueltos
bajo la mirada tierna de los ñarcagues.
*Ñarcague: Especie de lagarto en el argot venezolano.
"La vida parece a veces una mentira, o tal vez un fundamento más para la injusticia... Eso pensaba antes, pero conforme pasan los años, ha asimilado el hecho de vivir de las bendiciones de la naturaleza, del cosmos, de mi gente, de la sonrisa de los niños y de cada bocanada de aire... Soy un penitente constante, enamorado del hecho de vivir en un mundo que me mata a cada rato... Soy un vagabundo que agradece cada segundo de vida, cada instante de pasión, de celos, de cobardía, de miedo, de valentía.., porque vivir es solo eso, vivir... Y yo, vivo porque la vida siempre se ha empeñado en huir de mi cuerpo imperfecto... Agradezco el hecho vivir para vivir y no para comer... Creo que algún día la gente entenderá lo que quise decir todos estos años y me den algo de crédito, por lo pronto, soy feliz con mis misterios y viviendo cada vez que respira una rosa y hasta cada vez que muere el tiempo... Soy feliz porque no tengo otra opción, para los que tenemos la dicha o la maldición de haber visto más allá de nuestras narices, no nos afecta la maldad porque agradecemos hasta el hecho de llo0rar y de sentir las ganas de lanzarnos desde el piso más alto... No, algunos no tenemos el derecho de morir en nuestra infelicidad, se nos permite morir, pero jamás, jamás, morir... (a menos que sea de la risa, que ya es bastante)..."
El siguiente poema, es de verso libre, folklórico, dedicado a mi abula ya fallecida, quien me enseñó a creer en todo y también, a no creer en nada. Este poema también pertenece al poemario y ha sido recitado por niños y por mí en el programa CHiqui-Riqui-Tikos de mi pueblo y en el programa de Semillita y Pillín en TVES canal 2 y además, pues escuharlo aquí.
GÜELITA
(19 de junio de 1997)
Petra tiene tos,
le duelen las piernas,
ya no cocina en fogón.
-‘Ción, güelita, le pido la bendición.
-‘endiga, mijo,
me contesta con gran amor.
Nació en Casuco Cajones,
población que se extinguió,
donde moraba el diablo
y en las noches roncaba el Lión,
y comió chorroclopo, tapirucuzo, mái y arroz,
y creció escuchando la pavita
que tantas muertes presagió.
Hija del indio Gregorio
y la negra Maria Antonia,
los güelos del chamán
que mis huesos engendró.
Creció en los tablones de caña,
a meced de la lluvia y el sol,
pa’ limentá a sus hijos,
a quienes con sacos de harina vistió.
Y oliendo a estiércol,
a conuco, ganao y chimó,
hoy llora porque no pudo hacer más;
hoy llora de tristeza
al recordá que salía al monte
con sus hijos de madrugá,
cuando por fiebre o tos ferina,
la muerte se los quería llevá.
¡Y rugía “la máquina”
en las noches sin farol
cuando desandaban por los caminos
los espantos en procesión!
¡Ay, mi güelita ya no vende su granjería,
ya no cocina su arroz,
ya no fuma con la candela pa’ dentro,
tiene dañao un pulmón.
Vive en la ignorancia de no sabé que es el mañana,
esto le enseñó el sistema
que hasta le quitó su pensión.
¡Cuántas viejitas como ella viven en este mundo de Dios!
¡Ay, mi güelita del arte solo conoció
los velorios e’ cruz y la parranda e’ San Juan,
echarse un palo en la comandancia
mientras una décima le salía cantá.
Es mi guelita falta e’ juicio con quien tanta leña busqué
y tantas veces su chaparro olí.
¡Ay, güelita
y la pavita siempre canta anunciando tu partía!
¡Cállate, bicho malo,
¿mensajero del Señor?!
¡Ay, guelita, ¿yo que puedo hacé?!
¡Cuje, cuje, bicho malo!
¡Yo no sé que es la muerte, no lo puedo entendé!
¡Cuje, cuje, pájaro de mal agüero,
vete a otro lado con tu canción!
¡Cuje, cuje, cuje…, no me enseñes el dolor!
Se que nadie se va…
Yo no creo en la muerte…, nunca sentí dolor…
Solo a veces lo siento,
cuando te escucho rezando en tu humilde habitación.
¡Ojalá no sufrieras!
¡Ojalá no escuchara ese canto ensordecedor!
…Ya no lo escucho…
…hace tiempo…
al bicho malo
no lo escucho cantá, cesó su triste pregón…
¿Cantará en otra parte con su ritmo burlón?
No lo sé…
Solo sé que mi güelita…
Ay, mi güelita
ya más nunca me echará
la bendición.
(19 de junio de 1997)
Petra tiene tos,
le duelen las piernas,
ya no cocina en fogón.
-‘Ción, güelita, le pido la bendición.
-‘endiga, mijo,
me contesta con gran amor.
Nació en Casuco Cajones,
población que se extinguió,
donde moraba el diablo
y en las noches roncaba el Lión,
y comió chorroclopo, tapirucuzo, mái y arroz,
y creció escuchando la pavita
que tantas muertes presagió.
Hija del indio Gregorio
y la negra Maria Antonia,
los güelos del chamán
que mis huesos engendró.
Creció en los tablones de caña,
a meced de la lluvia y el sol,
pa’ limentá a sus hijos,
a quienes con sacos de harina vistió.
Y oliendo a estiércol,
a conuco, ganao y chimó,
hoy llora porque no pudo hacer más;
hoy llora de tristeza
al recordá que salía al monte
con sus hijos de madrugá,
cuando por fiebre o tos ferina,
la muerte se los quería llevá.
¡Y rugía “la máquina”
en las noches sin farol
cuando desandaban por los caminos
los espantos en procesión!
¡Ay, mi güelita ya no vende su granjería,
ya no cocina su arroz,
ya no fuma con la candela pa’ dentro,
tiene dañao un pulmón.
Vive en la ignorancia de no sabé que es el mañana,
esto le enseñó el sistema
que hasta le quitó su pensión.
¡Cuántas viejitas como ella viven en este mundo de Dios!
¡Ay, mi güelita del arte solo conoció
los velorios e’ cruz y la parranda e’ San Juan,
echarse un palo en la comandancia
mientras una décima le salía cantá.
Es mi guelita falta e’ juicio con quien tanta leña busqué
y tantas veces su chaparro olí.
¡Ay, güelita
y la pavita siempre canta anunciando tu partía!
¡Cállate, bicho malo,
¿mensajero del Señor?!
¡Ay, guelita, ¿yo que puedo hacé?!
¡Cuje, cuje, bicho malo!
¡Yo no sé que es la muerte, no lo puedo entendé!
¡Cuje, cuje, pájaro de mal agüero,
vete a otro lado con tu canción!
¡Cuje, cuje, cuje…, no me enseñes el dolor!
Se que nadie se va…
Yo no creo en la muerte…, nunca sentí dolor…
Solo a veces lo siento,
cuando te escucho rezando en tu humilde habitación.
¡Ojalá no sufrieras!
¡Ojalá no escuchara ese canto ensordecedor!
…Ya no lo escucho…
…hace tiempo…
al bicho malo
no lo escucho cantá, cesó su triste pregón…
¿Cantará en otra parte con su ritmo burlón?
No lo sé…
Solo sé que mi güelita…
Ay, mi güelita
ya más nunca me echará
la bendición.
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Aquí estoy animando a uno de mis muñecos de varilla, ensayando para las funciones de
¡EL TEATRO DE LA UTOPÍA!
Si deseas leer EL CUENTO PÓSTUMO, dedicado a mi maestro de la adolescencia Horacio Quiroga, visita Letralia Tierra de Letras, Nº 164. Alli me publicaron este cuento al mejor estilo del cuentista.
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2 comentarios:
Saludos, amigo. Ustedes son muy integrales. ¡Hacen de todo! Tus dibujos son muy reales. Eres muy buen dibujante. Me gustaría leer más de tus poemas y conocerte personalmente porque soy amante de las artes y tú, eres un gran artista
¿Que tal, caballero? Es un gusto ver que hay personas haciendo su trabajo cada día. Esos dibujos son magnificos. Deberías hacer mostarlos en físico más seguido, especialmente en Caracas.
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